¿Y SI LA TELEVISIÓN FUERA UN ENEMIGO?
“Cada pueblo tiene la televisión que se merece” (Gustavo Bueno) “Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto” (Lope de Vega) Con estas frases he querido ilustrar que la culpa también la tiene los espectadores. El programa de Telecinco Sálvame es un reflejo de la sociedad española caracterizada por la curiosidad, chismorreo barato y fisgoneo. A la gente le encanta formar parte de estos corrillos, se siente como en un patio de vecinos al estilo de Aquí no hay quien viva! Si existen, es porque hay una masa social que los amamanta.
Pero, además, la responsabilidad recae en los profesionales del medio. Se pueden crear de códigos deontológicos realmente prácticos para este colectivo.
Las cadenas de televisión deben ser conscientes de que juegan con derechos fundamentales de las personas como el derecho a la intimidad, honor, propia imagen y presunción de inocencia. La televisión tiene que informar con seriedad y rigor. No podemos caer en la soez creando juicios paralelos tan abundantes hoy en día en los medios de comunicación.